Este lunes 30 de junio, la comunidad educativa del Jardín Nº 134 «Dionisio Obelar» de San Javier celebró una nueva edición de su Feria de Ciencias Institucional “Bichos: comunidades en miniatura». El evento, se convirtió en un vibrante escaparate del talento y la curiosidad de los niños.
Las actividades se desarrollaron en la vereda de la institución, en el turno mañana desde las 9:30 a las 11:30 y en el turno tarde desde las 13:00 a las 15:00 horas.
La docente Verónica Ojeda brindó detalles sobre el proceso y los resultados de la reciente feria de ciencias, destacando la participación integral de la comunidad educativa.
Según explicó Ojeda, cada sala de jardín eligió un insecto para investigar, conocer y experimentar. «En esto no solo trabajaron los niños, sino que motivó tanto al docente como también a la familia, que fue la que nos ayudó en toda esta investigación, en buscar, en traer», afirmó.
El producto final de este trabajo colaborativo fue expuesto para que los visitantes pudieran observar «todo lo que los chicos cuentan, lo que los chicos aprendieron y pudieron plasmarlo». La feria también sirvió como un proyecto de articulación, recibiendo la visita de los grados de la escuela primaria 853.
Ojeda detalló que la exposición estuvo «muy bien dividida por sectores», organizados con biombos para mostrar los trabajos. «Está dividido por sectores, con distintos biombos, 14 bichos de nuestra comunidad, de nuestro contexto, donde se investigó, se aprendió muchísimo», concluyó la docente.
Por su parte, Silvina Delfino se refirió al proyecto educativo que vincula el estudio de los insectos con los principios de convivencia comunitaria.
Delfino explicó que el proyecto está transversalizado con el programa de comunidades de aprendizaje y convivencia. Al llegar a la etapa de conclusiones, la pregunta central fue: «¿qué podíamos imitar de estas comunidades de insectos para vivir en comunidad de personas?».
A partir de esta interrogante, se descubrió que «había insectos que vivían en comunidad y otros no». La docente resaltó que aquellos que vivían en comunidad poseían «valores muy importantes». Estos valores, según Delfino, «se podía reproducir» para la comunidad de personas, no solo en términos de convivencia, sino también para la «conservación y la protección del medioambiente»..
Además, Verónica Ojeda destacó la colaboración familiar en la investigación de la abeja, señalando que «recibimos el apicultor papá, el abuelo, toda la familia que viene a contar». Además, mencionó sorpresas descubiertas por los niños, como el hecho de que la lombriz «tiene cinco corazones», un dato que la propia docente aprendió durante el proceso.
«Así de cada uno de los bichos que eligieron», puntualizó Ojeda, describiendo una actividad «muy completa», donde los niños incluso saben «cuál es la mariposa más difícil de alcanzar», la mariposa azul.
Más allá del valioso trabajo educativo, Ojeda aprovechó para reiterar un pedido fundamental: la institución necesita «un espacio adecuado». Subrayó que «Sí, seguimos, seguimos pidiendo, bregando porque esto se haga realidad». Recientemente, recibieron la visita de un senador Oscar Dolzani, quien aseguró que el proyecto para un nuevo jardín «espera de que podamos tener nuestro tan anhelado edificio» finalizó.